Marcela y Rogelio se conocieron en septiembre de 2020, en plena pandemia, cuando las sonrisas se escondían detrás de un cubrebocas y las miradas lo decían todo. Fue en el trabajo donde sus vidas coincidieron y, aunque al principio solo podían verse los ojos, con eso bastó para que algo empezara.

Su primera interacción no fue nada romántica pero sí muy especial. En lugar de un “hola”, uno le agarró el codo al otro para ver si tenía cosquillas. Así, entre risas, empezó una historia que los llevó a descubrir que juntos todo era más fácil y mucho más divertido.

 Como dato curioso, Marcela entró a trabajar el 12 de septiembre de 2020, justo el día del cumpleaños de Rogelio, sin saber que ese sería el mejor regalo de todos.

Cuatro años después, el 7 de septiembre de 2024, Rogelio la llevó a una cabaña en la Laguna de Servín, supuestamente para celebrar su cumpleaños. En realidad, era la excusa perfecta para esconder un anillo y pedirle que pasaran juntos el resto de sus vidas. Al final, la mentira del “cumpleaños”salió mejor de lo esperado: regresaron comprometidos y con otra historia para contar cada septiembre.